El Covid-19 y la educación
El Covid-19 y la educación
La pandemia del Covid 19, originada en China a fines del 2019 llegó rápidamente al resto del mundo, imponiendo uno de los desafíos más importantes para la sociedad: El Covid-19 y la educación.
El reto de continuar con la educación aún sin poder asistir a la escuela o universidad, aprendiendo y enseñando desde el hogar, superando obstáculos y comenzando entre todos a asumir la educación desde otra perspectiva adecuada a la nueva realidad fue uno de los más grandes que generó la pandemia.
A partir de la crisis que instaló la pandemia del Covid-19, los sistemas educativos han reaccionado a fines de mantener y garantizar la continuidad del servicio. A partir de esto, los países se encontraron con el desafío de desarrollar iniciativas que aseguren en cierta medida la continuidad del proceso de aprendizaje.
Asimismo, comenzaron a utilizarse programas de aprendizaje a distancia y aplicaciones y plataformas educativas abiertas que las escuelas y los maestros pueden utilizar para llegar a los alumnos de forma remota y limitar la interrupción de la educación.
Adaptación de contenidos
La pandemia ha afectado a los sistemas educativos de todo el mundo. Casi la totalidad de instituciones educativas de todos los niveles debieron cancelar sus actividades presenciales, con el objetivo de disminuir la propagación de la pandemia y sus consecuencias fatales.
Esto obligó a cerrar escuelas e institutos y re-adaptar las clases al formato online. Este nuevo escenario fue el perfecto para el e-learning. Todos los maestros, profesores y alumnos han tenido que lanzarse a las aguas digitales.
Y a pesar del esfuerzo de los profesionales de la educación y la rapidez con la que los centros han tratado de adaptarse a esta situación, lo cierto es que no todos los alumnos pueden seguirlas de la misma manera.
Este proceso de adaptación de los contenidos curriculares y pedagógicos de manera virtual ha sido más rápido y dinámico en aquellos países donde contaban con políticas de inclusión digital y con cierta capacidad instalada y operativa en términos de infraestructura tecnológica.
Por otra parte, aquellos países que no contaban con estas herramientas se vieron desafiados a accionar rápidamente para ofrecer diversos repositorios de recursos digitales para asegurar la continuidad pedagógica.
Brecha Educativa en el Covid-19 y la educación
Sin embargo, la desigualdad educativa ya existente se incrementó exponencialmente debido a las diferencias en el acceso a elementos básicos como un escritorio donde realizar las tareas o el instrumental tecnológico, sumada a las diferencias del nivel educativo alcanzado por los padres o cuidadores, responsables en esta instancia de apoyar el proceso de aprendizaje de los niños.
Por otra parte, Internet adquirió un papel fundamental a lo largo de todo el mundo, transformándose en un recurso imprescindible para la vida de todas las personas que se encontraban estudiando cuando comenzó la pandemia.
El 14% de los hogares en España no tenía acceso a Internet en el año 2018, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), aunque el porcentaje se reduce en aquellos en los que hay menores.
No tener suficientes ordenadores o dispositivos en casa y no contar con acceso a la red puede impedir a los alumnos más desfavorecidos seguir las clases de forma virtual o realizar las tareas.
Los estudiantes más desfavorecidos económicamente sufren mucho más las consecuencias de la llamada “brecha educativa”. La brecha educativa es la diferencia que existe entre la educación que reciben aquellos jóvenes con menos recursos y con situaciones familiares complicadas, y aquellos que provienen de entornos más estables y más adinerados.
¿El principio de nuevos escenarios?
Las escuelas y Universidades tienen actualmente, el desafío de incorporar la tecnología como herramienta para que los niños y jóvenes sigan aprendiendo de la mejor manera posible. Estas instituciones podrían también aprovechar esta pandemia para empezar a formar a sus alumnos de manera más individualizada.
En el caso de los más chicos, el docente debe asumir un rol imprescindible a la hora de enseñar el correcto uso de la tecnología. No solo debe ser innovador y un usuario competente de esta, sino que también tiene que poder brindar herramientas a sus alumnos para que logren desarrollar destrezas y cualidades que les permitan acceder a un correcto uso de la tecnología.
Es necesario que el docente sepa utilizar la tecnología de la mejor manera posible ya que es imprescindible hoy en día a la hora de enseñar y lograr generar un vínculo con sus estudiantes.
Durante el confinamiento, docentes y alumnos tuvieron que adaptarse a esta nueva modalidad, donde la tecnología cumple un rol fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje, y gracias a ellos el año lectivo puede seguir su curso, ya que con la tecnología se logrando un acercamiento y generando las condiciones necesarias para continuar el ciclo.
El reto de la educación en el futuro
El reto del futuro es que los centros educativos innoven no sólo en su tecnología, sino también sus concepciones y prácticas pedagógicas, lo que significa modificar el modelo de enseñanza en su globalidad.
La formación online ha experimentado durante el período más duro de la crisis sanitaria el empujón que necesitaba para consolidarse como una alternativa al aprendizaje presencial.
Estudiar desde el ordenador o incluso desde el móvil es una tendencia que ha venido para quedarse.
Durante la pandemia, la tecnología se volvió lo más utilizado por los niños y hay que saber educar para el uso de las redes, y así poder desarrollar sujetos que sepan desenvolverse de manera crítica, reflexiva y autónoma para que enfrenten todo lo que brinda la información. Para saber más sobre los cuidados que deberían existir con los niños cuando están expuestos a Internet, puedes leer nuestro artículo donde hablamos de los consejos de seguridad en internet para niños.
Cómo te afectó a ti el Covid-19 y la educación?
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