El reciclaje y los niños
El reciclaje y los niños. Cómo incentivarlos a cuidar el medio ambiente.
Cuando hablamos del reciclaje y los niños, una de las preguntas que surge es la siguiente:
¿A qué edad debería comenzar la educación ambiental y quién tendría que impartirla?
Sabemos de la importancia del reciclaje en el mundo actual, y saber reciclar, respetar el medio ambiente y conocer qué se puede hacer para preservar nuestra naturaleza es una gran enseñanza para pasar a todos los niños que tengamos alrededor. El reciclaje y los niños deben tener una relación fuerte y duradera. De esta manera, ellos crecerán teniendo la mentalidad de que es necesario cuidar de nuestro medio ambiente, porque de ello depende nuestra salud y nuestra vida.
Muchas veces son ellos mismos los que nos hacen tomar conciencia de las cosas que hacemos mal, haciéndonos preguntas simples y obligándonos de alguna manera a replantearnos algunas costumbres y prácticas que hacemos inconscientemente o porque nadie nos ha enseñado a hacerlo diferente.
Enseñar a reciclar a edades tempranas es fundamental para que los más pequeños adquieran este hábito y lo practiquen a lo largo de su vida.
A partir de los 3 años de edad, los niños ya pueden aprender a separar los residuos. Y si se les enseña a través del juego, estarán más dispuestos a participar en este hábito ecológico y lo tomarán como una rutina divertida.
Es necesario explicar paso a paso a los niños por qué tenemos que reciclar y también tener respeto al medioambiente y, en especial, a seres vivos como animales y plantas. Los niños necesitan saber el porqué de las cosas para poder hacerlas. Es necesario hacerles entender que el reciclaje existe para evitar la destrucción de nuestro medioambiente. Para esto es clave crecer en un entorno familiar que favorezca el respeto a la naturaleza. El papel de la familia es tan importante como el educativo. La Educación Ambiental alberga una importancia incluso superior a otras materias que se nos inculcan de forma oficial y reglada.
La baja tasa de reciclaje y la importancia de concienciar
Cada vez reciclamos más, pero no es suficiente. Lo evidencian los últimos datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un organismo formado por 36 de los países más ricos del mundo, que advertía de la situación: los miembros de este selecto club apenas reciclan, de media, el 36% de sus residuos municipales. A nivel particular tan solo siete estados superaron el 50% y regiones como OCDE-Europa se quedaron a seis puntos del aprobado con un 44%.
Mientras tanto, la basura nos come terreno. El Banco Mundial (BM) alertó en 2018 de que las áreas urbanas producen más de 2.000 millones de toneladas anuales de residuos sólidos, una cifra que podría incrementarse un 70% para 2050 si no adoptamos medidas urgentes. El propio BM insta a los países a mejorar la gestión de los desechos y a generar menos basura con acciones educativas para el consumidor y el apoyo a los programas de reciclaje.
Por eso para poder juntar el reciclaje y los niños es muy importante estimular su imaginación y brindarles la información necesaria para que aprendan a temprana edad sobre la importancia del medio ambiente.
Edades distintas, lecciones diferentes
Si bien la Educación Ambiental no tiene edad, sí la tienen las estrategias que se utilizan. En cuanto al reciclaje y los niños, además, aseguran que hay diferentes fases de la Educación Ambiental que podrían ayudar a plantear los contenidos de la asignatura en los colegios. Serían cuatro niveles:
- Conseguir que los niños tengan emociones positivas sobre la naturaleza. Para ellos es muy importante establecer contacto con elementos naturales como el paisaje, la vegetación, los árboles, el agua, etc.
- Una vez que hemos creado una relación positiva, se deben establecer hábitos pro-ambientales, como por ejemplo cuidar un huerto, ahorrar agua, controlar el consumo de papel, pero no adoctrinarles sobre el tema sino creando hábitos.
- El tercer nivel lo encontramos a partir de los 12 años y es el de promover conciencias pro-ambientales, es decir, que los niños busquen las razones de lo que hacen.
- En el cuarto nivel se busca promover estilos de vida pro-ambientales, crear contextos donde integrar valores, creencias y emociones.
Es importante que en la educación ambiental se utilicen estas estrategias adaptadas a la edad, al nivel de desarrollo psicológico para alcanzar una cultura pro-ambiental y que no sólo trate de promover comportamientos aislados y que si no se hace bien pueden producir ecofatigas, es decir la sensación de para qué vas a hacer algo si no puedes hacer nada.
Las 3R del reciclaje: Reducir, Reutilizar y Reciclar
Esta propuesta de consumo responsable, que popularizó la ONG ecologista Greenpeace, se basa en tres principios:
- Reducir: debemos minimizar nuestro impacto en el medio ambiente produciendo menos desechos (plásticos, residuos nucleares, emisiones de CO2, etc.).
- Reutilizar: tenemos que acostumbrarnos a prolongar la vida útil de los objetos y los materiales dándoles una segunda oportunidad.
- Reciclar: cuando no puedas ni reducir tu cantidad de residuos ni reutilizarlos para darles un nuevo uso, opta por el reciclaje.
Tanto en casa como en la escuela se pueden desarrollar actividades de reciclaje para niños a través de juegos, canciones o manualidades que les facilitan y les hacen más divertido el aprendizaje de las 3R.
El reciclaje y los niños: ¿cómo aplicarlo en nuestra vida diaria?
Te dejamos algunas ideas para que puedas poner en práctica con los más peques, ya que además de ser divertidos de hacer, puedes compartirlas con otras personas y contagiar el entusiasmo. Unir el reciclaje y los niños puede ser muy divertido y motivador para los adultos.
Empezamos con lo más básico que tanto adultos como niños deberían hacer en sus casas:
Separación de residuos:
Para separar la basura en casa, invita a tus hijos para que dibujen sobre los cuatro tipos de contenedores para el reciclado. La idea es que dibujen figuras relacionadas y que luego las pongan arriba de los contenedores o sobre ellos.
Posiblemente el papel es el elemento más habitual en un hogar con el que los más pequeños aprenden antes a reutilizar y/o reciclar. A pesar del avance e implantación digital en los colegios e institutos, todavía hoy el papel está muy presente en el día a día escolar. Libros de texto y de lectura, folios y cuadernos pasan por las manos de los niños.
Deberíamos también reciclar los papeles que utilizamos en casa, usando ambas caras. Debemos acostumbrar a los niños, desde que son pequeños, a hacer dibujos por ambos lados de los folios. Y luego, si vamos a tirar el dibujo, lo deberemos hacer al contenedor azul.
Otro consejo relacionado al papel es sacar fotocopias de doble faz siempre que nos sea posible.
Cuarto de baño:
El cuarto de baño es uno de los lugares donde más y mayores llamamientos a la conciencia ambiental perciben los peques de la casa. A veces son ellos los que nos afean ese chorro de agua excesivo que mana durante el cepillado de los dientes o el afeitado.
En otras ocasiones las lecciones son de ida y vuelta, sobre todo las que tienen que ver con lo que va y no debe ir al inodoro, principalmente las toallitas, bastoncillos, restos de comida, medicamentos, algodones, etc. Intentemos tener un bote de basura pequeño en nuestro cuarto de baño para evitar que estos peligrosos productos acaben en el váter y contaminen y entorpezcan el ciclo de depuración de las aguas.
Comida:
Preparar comida casera para el colegio y el trabajo:
Preparar la merienda o almuerzo de los niños en tuppers en lugar de en bolsas plásticas supone más tiempo para los mayores que preparan la comida, pero siempre será mejor que la bollería industrial saturada de grasas ni la bebida envasada repleta de azúcares. Y encima tiene premio ambiental, ya que estos productos vienen envasados en plástico y la comida casera puede ponerse en un recipiente lavable que luego el niño nos trae a casa.
Otra cosa que podemos hacer para aprovechar la comida que nos sobra es reinventar platos. Las cifras de comida que cada día se tira a la basura en todo el mundo son escalofriantes. Por eso, debemos enseñar a los niños a pensar en recetas creativas que nos ayuden a aprovechar los ingredientes que han sobrado y que tenemos en la nevera. Algunas recetas quedarán más ricas que otras, pero lo importante es inculcar a los niños ese sentimiento de no tirar nada.
Consejos para el aplicar en el supermercado:
– Elegir con cuidado los productos que compramos, considerando las posibilidades de reutilización de los envases.
– Evitar comprar los productos con demasiado envoltorio. Por ejemplo, ¿realmente es necesario que las mandarinas, las naranjas o los plátanos vengan envueltas en varios metros de plástico o sobre bandejas de espuma?
– Comprar lámparas y bombillas de bajo consumo.
– Comprar bebidas en botellas recuperables, utilizar botellas de cristal para varios usos.
– Siempre que sea posible, reciclar las bolsas del supermercado para envolver la basura o para llevarlas cuando salgas de compras.
Ropa y Juguetes:
¿Qué hacer con la ropa que se le queda pequeña o los juguetes con los que ya no quieren jugar? Además de enseñarles que los podemos donar para que otros niños les den una segunda vida, podemos plantear actividades en casa que les enseñen a reutilizarlos. Por ejemplo, podemos hacer ropa para las muñecas con una camiseta vieja o un bolso con unos pantalones, las medias gastadas las puedes utilizar para crear títeres, a esas camisas pasadas de moda les quitas las mangas, le agregas unos tirantes al cuello y las transformas en un nuevo delantal para la cocina.
Reciclando materiales que tenemos por casa y que iban a acabar en la basura, podemos fabricar juguetes caseros de toda la vida: tómbolas de latas recicladas, que hay que tirar con una pelota; bolos reciclados con botellas de plástico; zancos de latas para ser más altos y poner a prueba nuestro equilibrio, etc. Juegos tradicionales con materiales reciclados es una excelente actividad para, además, proponer actividades inter-generacionales que unan más a los niños con sus abuelos.
Otras ideas para fomentar el reciclaje:
Transformar una botella en un comedero para pájaros.
Con una botella de plástico o envases de tetrabrik, podemos fabricar un comedor y echar migas de pan o galletas en lugar de tirarlas al suelo o a la basura.
Huertos
Es muy concientizador para los niños poder participar en el día a día del crecimiento de las plantas de tu propio huerto, que crece gracias a la basura.
Una de las cosas que más les llama la atención es la preparación del abono (el compost) con el que esos cultivos crecerán. Muchos de ellos colaboran en fabricar y llenar la compostera con restos orgánicos que proceden de la limpieza del jardín, como son las hierbas y las hojas, y de la cocina, como pedazos de frutas y verduras.
Podemos fabricar nuestros propios instrumentos a partir de materiales reciclados. Por ejemplo, se pueden usar bidones, latas, trozos de madera, tapaderas, cubiertos y cajas de cartón y convertirlos en flautas, violonchelos, guitarras, tambores, maracas y saxofones.
Hacer durar los útiles y mochilas más que un solo curso
En algunos colegios, pero sobre todo en institutos, son los propios estudiantes los que, a partir de la necesidad de comprar nuevos libros cada año, colaboran en los bancos de intercambio de libros de texto, que a veces se extienden a otros materiales.
También en colaboración con las asociaciones de madres y padres de alumnos se crean mercadillos de compra/venta o de intercambio de esos mismos materiales, aprovechando semanas culturales o fiestas de puertas abiertas de fin de curso.
Reciclar tapones de botella para alguna campaña solidaria específica
Son muchos los colegios que tienen recipientes en los que se depositan estos tapones, enmarcados en una campaña concreta, que además sirve para concienciar en tres direcciones: sobre el reciclaje, sobre la solidaridad y sobre enfermedades infantiles para las que aún se precisa mucha investigación.
Paseos por la playa o parque para dejar un poco más limpio
Contribuir a acabar con la fea estampa de las botellas de plástico mezclándose con las algas en la orilla puede convertirse en una actividad muy enriquecedora: los niños se darán cuenta de que los plásticos son un problema muy grave para los ecosistemas marinos y se sentirán importantes por contribuir de forma activa a la solución. Seguramente cuando caminen por el monte y vean una lata en el suelo, cuando se encuentren con un envoltorio de plástico tirado en la calle o cuando en el aula se caiga un papel al suelo también recordarán la lección aprendida sobre la arena.
Algún día nuestros hijos recibirán las llaves del planeta y tendrán que ocuparse de él. Dejaremos en sus manos nuestro porvenir y el de millones de especies que dependerán entonces de su sensibilidad para librarse de una extinción casi anunciada. Debemos, por tanto, evitar que la próxima generación cometa nuestros mismos errores y educarla para construir un mundo mejor y más sostenible.
No te olvides de difundir tus experiencias de reciclaje con los amigos y familiares para contagiar el espíritu y los beneficios del reciclaje en familia.