BrainNet, conectar 3 cerebros para que jueguen al Tetris
Este título no es ciencia ficción, ni un capítulo de Black Mirror, ni tampoco una broma. Es una noticia de carne y huesos. Un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Washington y Carnegie Mellon ha realizado con éxito lo nunca visto: conectar a tres personas a través de sus cerebros y así, permitir, que compartan sus pensamientos. Al conectar cerebralmente a un grupo de personas se crea una conexión donde se comparten los pensamientos y se realizan tareas concretas colectivamente. El estudio que ha sido publicado en ArXiv ha recibido el nombre de BrainNet, y podría ser el precedente de un gran invento. Sus autores lo han calificado como la primera “red social cerebro a cerebro”.
El experimento ha sido resultado de una combinación de electroencefalogramas (EEG) que permite registrar los impulsos eléctricos procedentes de la actividad celebral y la estimulación magnética transcraneal (TMS), donde las neuronas se estimulan mediante campos magnéticos. Esta conexión de cerebro – cerebro es directa y no invasiva y conecta a múltiples personas para la resolución colaborativa de problemas. El objetivo era realizar una conexión cerebral de tres vías para permitir que las personas conectadas compartiesen sus pensamientos para poder jugar a un juego colaborativo, similar al Tetris.
Los investigadores afirman que, a parte de convertirse en una nueva forma de comunicación, la red también podría enseñarnos sobre como funciona el cerebro humano con más exactitud y detalle.
El experimento se realizó con tres personas: dos remitentes de las señales y un receptor. Los tres participantes se encontraban separados en habitaciones diferentes pero conectados a un dispositivo EEG que registraba la actividad eléctrica en el cerebro. El experimento BrainNet consiguió que el receptor recibiera en su cerebro la actividad eléctrica de los otros dos participantes.
¿Cómo funciona?
Los equipos de tres debían jugar a una partida a un juego similar al tetris. Los dos remitentes podrían ver toda la pantalla. En cambio, el receptor solo podía ver las piezas mientras caían y no el fondo donde aterrizaban. Para ganar, los dos remitentes tenían que indicar al receptor si este tenia que rotar o no la pieza para que encajara en la ranura.
Si el emisor quería que el receptor girara la pieza, enfocaría sus ojos en el lado derecho de la pantalla, donde una luz LED parpadeaba a 15 Hz. Esto genera ondas cerebrales en la misma frecuencia, que a su vez el EEG recogería y transmitiría al TMS del receptor. Esa señal produciría que el TMS indujera a que apareciera un punto de luz en el campo de visión del receptor, el cuál era un código para “rotar el bloque”. El receptor tendría que interpretar las señales de los dos emisores independientes y decidir qué hacer. (es.gizmodo.com)
En cinco grupos diferentes de tres personas, los investigadores alcanzaron un nivel de precisión promedio de 81.25%, puntuación muy elevada para un primer intento. Más adelante, para hacer más complejo el juego, se les pidió a los remitentes que agreguen una segunda ronda de comentarios que indiquen si el receptor tomó una buena decisión.
Los receptores pudieron detectar cuál de los remitentes era más confiable basándose solo en las comunicaciones cerebrales, lo que según los investigadores es prometedor para el desarrollo de sistemas que se ocupen de escenarios más reales del mundo en los que la falta de fiabilidad humana sería un factor.
Y aunque el sistema actual solo puede transmitir un ‘bit’ (o flash) de datos a la vez, los investigadores creen que la configuración se puede ampliar en el futuro. En parte porque el mismo grupo de investigadores ya había podido conectar dos cerebros con éxito, haciendo que los participantes jueguen un juego de 20 preguntas entre sí. (nmas1.org).
“Los receptores pueden aprender a diferenciar la confiabilidad de la información transmitida a sus cerebros por otros sujetos y elegir el remitente más creíble. Esto hace que el intercambio de información mediado por BrainNet sea similar a la comunicación social de la vida real, acercándonos un paso más a una ‘red social de cerebros’”.
Cambiar el estado de una aplicación usando datos neurológicos
Microsoft registró en mayo de 2016 una patente de un sistema que permite cambiar el estado de una aplicación utilizando datos neurológicos. Esto es posible al conectar un PC y un lector electroencefalográfico que registre las señales eléctricas que genera el cerebro. Es por eso que a través de esta tecnología podríamos controlar aplicaciones de nuestro ordenador solo con la mente, sin necesidad de utilizar ningún gesto, solo pensándolo y deseándolo. Con este sistema, Microsoft afirma que podremos realizar las mismas tareas sin necesidad de usar otros periféricos. La patente también menciona un sistema de hardware conectado al sensor de Microsoft que sería el encargado de controlar la aplicación a través de los datos recibidos de nuestro cerebro.