La inteligencia artificial ya existe. ¿Pero que hay de la conciencia artificial?
El debate de la conciencia artificial
El test más famoso para poner a prueba la inteligencia de una maquina es el test de Turing. El matemático británico Alan Turing ideó una forma para definir si una máquina era capaz de considerarse inteligente o no. La prueba consiste en colocar en habitaciones separadas a un humano y a un ordenador. Los dos tienen que comunicarse, a través de un teletipo (hoy se hace con chat) con un interrogador humano situado en otra sala. El interrogador humano hace preguntas, cualquier tipo de preguntas, a sus interlocutores. El objetivo es que ambos convenzan al interrogador que son humanos. Si el interrogador es incapaz de diferenciar quien es el humano y quien es la maquina, se considera que la máquina es inteligente. Pero lo que no avalúa este test es saber si la máquina es consciente o no. Es por eso que hoy en día aun hay algo que sigue diferenciando a los hombres de las maquinas: la conciencia. Es por eso que se habla de la conciencia artificial.
La inteligencia artificial se ha instalado ya en nuestras vidas, esto es obvio y cada vez va a más. Los humanos están siendo sustituidos en diversas actividades por ella y las posibilidades a las que puede llegar en un futuro próximo parecen ser infinitas. La comunidad científica, pero, aun no ha conseguido el gran reto: crear inteligencia artificial capaz de tener consciencia. Que una máquina tenga conciencia significa que es capaz de darse cuenta de si misma como de su entorno, así como tener sentido común y experimentar emociones. Este debate, pero, ha dividido la comunidad científica. Hay quienes piensan que la conciencia es una capacidad exclusiva del comportamiento humano que no podrá ser nunca copiada ni adquirida por las máquinas. En cambio, hay quienes piensan que las maquinas si serán capaces de obtenerla.
Es por eso que el gran desafío sigue siendo la mente humana: crear sistemas conscientes que apliquen la lógica, puedan aprender del entorno y expresen sentimientos, a la vez que tengan consciencia de ellos mismos.
El ritmo al que evolucionan la robótica y la inteligencia artificial hace imposible predecir cuándo podremos hablar de una mente artificial consciente y autónoma. Cada vez con más frecuencia, universidades y empresas buscan la manera de conciliar la conciencia artificial con actividades humanas.
Tal y como explican expertos de Comaware, hay que separar bien los términos de inteligencia y conciencia artificial, aunque estén muy relacionados, son diferentes. Ellos explican que la conciencia artificial es una rama muy especifica de la inteligencia artificial. Con la conciencia artificial se puede imitar los mecanismos a través de los cuales los humanes tenemos conciencia y percibimos nuestro mundo interior.
Esta corriente hacia como convertir en humanas las máquinas ha abierto un mundo entero de debates morales.
Debates morales
Las mentes más brillantes de la actualidad están expresando su preocupación sobre escenarios apocalípticos que podrían suceder como resultado de las maquinas super inteligentes sobreponiéndose a la raza humana. Como nos mencionaba Hawking, “el desarrollo total de la inteligencia artificial podría significar el fin de la raza humana”. Aun así, para que esto pasará, seria necesario que estos robots requiriesen de una mente, ya que la intencionalidad solo puede surgir cuando algo posee sus propias creencias, deseos y motivaciones. El tipo de inteligencia artificial que tiene estas características es conocida entre la comunidad científica como “Strong Artificial Intelligence”. Este debería de poseer una gama de habilidades cognitivas humanas muy completa, como por ejemplo, tendría que contar con autoconciencia, sensibilidad y emociones.
Para que una máquina o para que la inteligencia artificial puede realmente contar con conciencia humana, haría falta que un ordenador creará una representación digital del fenómeno biológico que representa la conciencia. Nuestros cerebros contienen una serie de procesos celulares y moleculares, reacciones bioquímicas, neuronas, conexiones… que un ordenador no puede llegar a reproducir como un cerebro físico. Entonces para que una máquina tuviera consciencia tendrían que existir máquinas no biológicas con auto conciencia capaces de duplicar los procesos electroquímicos esenciales que ocurren en el cerebro durante estados de conciencia.
Además, se tiene que tener en cuenta que el cerebro humano tiene dos tipos de conciencias. La conciencia consciente, que se usa para tomar decisiones, opiniones y otros. Y la conciencia inconsciente, la que nuestro cerebro aplica en situaciones o acciones automáticas, y el ser humano no se percata de ella. Esto aun dificulta más la creación de una conciencia completa dentro del campo de inteligencia artificial.
Los investigadores, como ya hemos dicho, están divididos en si estos tipos de máquinas hiperconscientes alguna vez existirán realmente por lo catastrófico que podría llegar a ser. Algunos de ellos creen que la conciencia es una característica que surgirá a medida que la tecnología se desarrolle. Además, hay físicos y filósofos que dicen que hay algo más sobre el comportamiento humano que una máquina no puede contener, y esto es la creatividad y el sentido de libertad.
Hay dos posiciones diferenciadas en cuanto la conciencia. Hay la teoría cuántica que defiende, a través de la interpretación ortodoxa de Copenhague, que la conciencia y el mundo físico son aspectos complementarios de la misma realidad. Entonces se entiende la conciencia como algo dado y no se hace ningún intento de derivarla de la física. Esto es materializado con su propuesta llamada la grande C de la conciencia. Con ella defienden que la conciencia es una cosa que existe por si misma, aunque requiere que los cerebros se vuelvan reales.
La teoría opuesta defiende que la conciencia emerge de la química como también de la física. Entonces, los procesos de la mente son idénticos a los estados y procesos del cerebro.
Por otro lado, además, también se está investigando si la conciencia es siempre un resultado de un proceso computacional, ya que la creatividad no está al final de un mero calculo.
De todos modos, es verdad que hoy estamos un poco más cerca de una autoconciencia artificial ya que se trabaja, actualmente, en sistemas que experimentan el mundo de forma parecida a la humana. Hay laboratorios que estudian la posibilidad de crear robots con conciencia artificial. Actualmente eso no existe y nadie sabe si llegará a existir alguna vez. El problema más real de esto es que aun no se sabe con certeza el funcionamiento de la conciencia biológica. ¿Qué es ser consciente? ¿Qué comporta tener conciencia de estar vivo, planear el futuro, formular consecuencias? Es por eso que lo que veremos o no en un futuro próximo es una incógnita a día de hoy, y los avances tecnológicos son demasiado rápidos para ni siquiera imaginar lo que puede venir.
¿Qué pensáis vosotros?