El aumento de la basura electrónica
El aumento de la basura electrónica
Una de las cosas que ha caracterizado a las últimas décadas es el aumento de la basura electrónica.
Si los últimos años han estado marcados por un fenómeno indiscutible, es el creciente ritmo al que evoluciona la tecnología, y esto va de la mano, inevitablemente, con el aumento de la basura electrónica.
El avance imparable de tecnología hace que nuestros aparatos se queden obsoletos muy rápidamente, y que desechemos a diario toneladas de productos electrónicos.
El PNUMA -Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas- calcula que se generan en todo el mundo cerca de 50 millones de toneladas de aparatos electrónicos que son desechados anualmente.
Se espera que en 2030 esta cifra alcance las 74,7 millones de toneladas, haciendo que el aumento de la basura electrónica sea una cuestión muy preocupante para los países comprometidos con el medio ambiente.
Asia es el continente que genera un mayor volumen de desechos electrónicos (unos 24,9 millones de toneladas). Le siguen América (13,1 millones de toneladas), Europa (12 millones de toneladas), África (2,9 millones de toneladas) y Oceanía (0,7 millones de toneladas).
El concepto de basura electrónica hace referencia a los residuos de los aparatos eléctricos y electrónicos que se producen al final de su vida útil. Básicamente todo lo que se enchufa o precisa una pila o batería para que funcione es susceptible de ser considerado basura electrónica.
Estos, son complejos, y en su interior albergan una serie de materiales altamente contaminantes y que en muchas ocasiones van a parar a los lugares más insospechados.
¿Qué encontramos en la basura electrónica?
Así en los residuos electrónicos encontramos materiales peligrosos como metales pesados: mercurio, plomo, cadmio, plomo, cromo, arsénico o antimonio, los cuales son susceptibles de causar diversos daños para la salud y para el medio ambiente.
No obstante, del mismo modo, en la basura electrónica, encontramos una gran variedad de materiales y plásticos valiosos. Hasta 60 elementos de la tabla periódica pueden hallarse en la electrónica compleja. Muchos de ellos son técnicamente recuperables, aunque existen límites establecidos por el mercado.
Los desechos electrónicos contienen metales preciosos incluyendo oro, plata, cobre, platino, y paladio, pero también un valioso volumen de hierro y aluminio y plásticos, que pueden reciclarse.
Las estimaciones calculan que de los desechos electrónicos pueden obtenerse hasta 55.000 millones de euros al año en materiales. De acabar en el lugar adecuado, en vez de resultar perjudiciales, podrían ser una fuente inestimable de riqueza, por ello la próxima vez que cambies de teléfono, ordenador o televisor, es importante llevarlo a un punto adecuado de recogida.
Un riesgo para el medio ambiente
Mientras que algunos residuos electrónicos terminan en basureros, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que muchos se envían a países de bajos y medianos ingresos, a menudo de manera ilegal y agregando cargas importantes a la infraestructura local de gestión de residuos peligrosos.
Allí algunos ciudadanos (incluidos niños y adolescentes) recogen, desmantelan, queman o utilizan baños de ácido para obtener metales y materiales valiosos de los residuos electrónicos. Estos métodos son potencialmente peligrosos para el medio ambiente y la salud humana, especialmente para los menores.
La presencia de estos metales deriva en muchos casos en tráfico ilegal de residuos para su extracción en condiciones que impactan gravemente en el medio ambiente.
Estos metales pueden llegar a los ríos y océanos y entrar en la cadena trófica. Los autores concluyen que los atunes capturados en aguas africanas tienen concentraciones altas de diferentes metales, entre los que se encuentran el mercurio y el plomo.
El impacto de la basura electrónica en la salud humana
Aproximadamente 12,9 millones de mujeres en el mundo trabajan en el sector no regulado de los desechos, según el informe Niños y vertederos de desechos electrónicos», publicado por la OMS en 2021. En su día a día, están expuestas a residuos electrónicos tóxicos que ponen en riesgo la salud del feto (aumentando el riesgo de muerte fetal y parto prematuro).
La exposición al plomo durante el reciclaje de desechos electrónicos, según la OMS, puede provocar también un aumento de las tasas de trastorno por déficit de atención o hiperactividad en los niños, problemas de comportamiento, cambios en el estado de ánimo y menores puntuaciones en las evaluaciones neuroconductuales, cognitivas y lingüísticas.
Más de 18 millones de niños y adolescentes se ven involucrados en el reciclaje de desechos electrónicos. En teoría, al tener las manos más pequeñas que los adultos, pueden realizar mejor esta tarea. La OMS subraya que los lugares con altas concentraciones de sustancias químicas tóxicas, como el plomo y el mercurio, pueden afectar a su desarrollo intelectual.
El organismo asegura que la exposición a desechos electrónicos también puede empeorar la función pulmonar y la respiración, dañar el ADN, afectar a la función tiroidea y aumentar el riesgo de padecer ciertas enfermedades crónicas en etapas posteriores de la vida, como el cáncer y las cardiopatías.
Vida corta y obsolescencia
la generación mundial de desechos electrónicos está creciendo anualmente en 2 Mt, o alrededor del 3 al 4 %, un problema atribuido a mayores tasas de consumo de productos electrónicos (aumentando un 3 % anual), ciclos de vida de productos más cortos y opciones de reparación limitadas.
En Europa, 11 de los 72 artículos electrónicos que existen en un hogar medio ya no se utilizan o están estropeados. Además, cada ciudadano acumularía anualmente de 4 a 5 kilos de aparatos que no usa.
Por ejemplo, el ciclo de renovación de móviles se ha reducido a 18 meses. Se estima que en España se desechan cada año 20 millones de teléfonos, lo que supone un total de 2.000 toneladas de residuos.
El rápido desarrollo de los teléfonos móviles ha llevado a que el mercado dependa de la rápida sustitución de los dispositivos más antiguos.
Los dispositivos móviles afectan al medio ambiente de muchas formas a lo largo de su vida, pero el impacto puede reducirse y extenderse a lo largo de un período más largo aplicando principios de economía circular, incluido el control de producción, la reutilización de dispositivos, la remanufactura y el reciclaje, y el diseño circular mejorado que implica la selección de materiales de componentes. estandarización y modularización para facilitar el desmontaje.
Materiales reutilizables de la basura electrónica
Lo interesante es que el 90 % de los materiales contenidos en los móviles son reutilizables en la fabricación de nuevos productos tras ser sometidos a distintos procesos.
“Incrustados en 1 millón de teléfonos celulares, por ejemplo, hay 24 kg de oro, 16 000 kg de cobre, 350 kg de plata y 14 kg de paladio, recursos que podrían recuperarse y devolverse al ciclo de producción. Y si no reciclamos estos materiales, es necesario extraer nuevos suministros, lo que daña el medio ambiente. Además, la recuperación de oro y otros materiales de los desechos ahorra una gran cantidad de emisiones de dióxido de carbono en comparación con la minería de metales vírgenes”, explica Kees Baldé, oficial principal de programas del programa SCYCLE de la Universidad de las Naciones Unidas.
El problema surge en la gestión de los residuos electrónicos, otro de los caballos de batalla de la sostenibilidad. Desmantelar los dispositivos electrónicos que se generan en los países industrializados resulta muy costoso, por lo que se envía a países en desarrollo donde la mano de obra es más barata. “Volvemos a la circularidad. Mandar tan lejos toneladas de dispositivos desechados provoca un daño ambiental en el transporte por los gases de efecto invernadero que se emiten.
Como elemento positivo hay que destacar que cada vez más países buscan iniciativas legales para llevar a cabo un reciclaje más limpio. En España, el Gobierno ha anunciado la implantación de un índice de reparabilidad. Cada artículo eléctrico y electrónico fabricado llevará una etiqueta que indique lo fácil o difícil que es repararlo y desmontarlo, y la disponibilidad de piezas de repuesto.
¿Cómo frenar el aumento de la basura electrónica?
¿Cómo podemos frenar el aumento de la basura electrónica? Intenta aplicar estos pasos antes de desechar la basura electrónica:
Reducir
El primer paso como usuarios sería reducir la generación de estos residuos, alargando su vida útil, evitando cambios innecesarios de los mismos y favoreciendo su reutilización e incluso comprando productos reacondicionados.
Cada vez se consumen más aparatos y se sustituyen con mayor rapidéz. Cambiar esta tendencia depende tanto del usuario, que debe mostrarse menos permeable a las estrategias de marketing que fomentan el consumo; como de los fabricantes, que cada vez más apuestan por tendencias como el ecodiseño.
Reutilizar
Los expertos en reciclaje electrónico recomiendan que amigos o familiares hereden los aparatos que todavía funcionan, o que se oferten en el mercado de segunda mano. También existe la posibilidad de donar el producto a una ONG especializada. Donar a instituciones sociales sin fines de lucro reduce la brecha digital y social. Lo que para ti puede parecer obsoleto para otras personas que nunca han tenido alcance a ello puede suponer todo un avance.
Reparar
Recuperar y reutilizar estos dispositivos de manera que puedan seguir utilizándose hasta el final de su vida útil. Antes de deshacerte del aparato averiado, puedes probar de llevarlo a un centro de reparación autorizado para poder repararlo y seguir utilizándolo.
En AIP ofrecemos los cursos de Reparación de teléfonos móviles y Reparación de ordenadores.
Reciclar
Cuando el producto ya no funciona y no puede ser utilizado por alguien cercano se debe optar por el reciclaje. Una alternativa para el consumidor es entregar el aparato viejo en el establecimiento donde compra el nuevo o a alguna empresa que se dedique al reacondicionamiento electrónico.
Intercambio por una nueva adquisición. En muchas tiendas ya se recoge el dispositivo antiguo junto con la compra de uno nuevo. Esto en el caso de los smartphones es una tradición y además en algunos casos incluye un descuento sobre la nueva compra.
¿Dónde hay que tirar la basura electrónica?
Los residuos electrónicos no deben tirarse a la basura normal ni abandonarse en la calle. Si los equipos son de gran tamaño, los ayuntamientos suelen disponer de servicios de recogida puerta a puerta.
Además, para cualquier equipo electrónico, si es en sustitución de otro equivalente, los comercios están obligados a aceptar el equipo antiguo.
Debemos llevar los aparatos electrónicos a contenedores especiales. Por ejemplo, las pilas tienen un contenedor distinto al del cubo de la basura normal y corriente. Igual que muchos electrodomésticos tienen espacios especialmente habilitados para su recogida y a partir de ahí son utilizados para piezas de repuesto, chatarra, etc.
Investiga sobre los sitios cercanos a tu domicilio donde puedas desechar los aparatos electrónicos que ya no vayas a utilizar.
Como ves, tenemos en nuestra mano muchas posibilidades y todas ellas bastante sencillas para frenar el aumento de la basura electrónica. Ser respetuoso con el medio ambiente no cuesta nada solo es cuestión de compromiso.
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